Guía para tener un viaje perfecto




Hay viajeros que prefieren la tranquilidad, que le gusta dormir bien, comer bien y descansar a cuerpo de rey. Aquí tienes unos consejos para unas vacaciones perfectas. Si eres de este último grupo, aquí tienes unos consejos para unas vacaciones perfectas:

En este mundo podemos identificar claramente dos tipos de viajeros. Están aquellos que gustan de la aventura, que compran sólo un boleto de avión o autobús, definen dos o tres lugares que quieren conocer sí o sí; y lo demás lo dejan al destino, sin importarles demasiado dónde van a dormir o qué van a comer.



Pero también hay otro grupo de viajeros que prefiere la tranquilidad, al que no le gustan los contratiempos, que le gusta dormir bien, comer bien y descansar a cuerpo de rey.

Si eres de este último grupo, aquí tienes unos consejos para unas vacaciones perfectas:

Reserva con tiempo: Elige la fecha en la que prefieres viajar. Si es temporada baja, qué mejor, pues hallarás precios considerablemente más bajos tanto en avión como en hoteles. Pero no sólo eso, también debes considerar factores como las temporadas de huracanes o el clima: si quieres ver nieve en Nueva York, no vayas en abril y quizá tampoco quieras conocer España con temperaturas que rozan los 40 grados centígrados.



Calma, no puedes conocer todo: Si no tienes mucho tiempo y tus vacaciones son a una ciudad-destino, o a un sitio como la Riviera Maya, donde hay cenotes o sitios arqueológicos por doquier, es mejor definir qué lugares queremos conocer. De lo contrario, acabaremos corriendo de un lugar a otro, sólo para tomarnos la foto, sin darnos el tiempo de disfrutar cada momento.

Planea tu viaje: ¿Ya sabes qué lugares quieres visitar sí o sí? ¿Necesitas boleto de entrada? No hay cosa más odiosa en vacaciones que hacer una larga fila para comprar un ticket para ingresar a algún sitio de interés, espectáculo o atracción. Estas filas, en muchas ocasiones, resultan ser innecesarias pues podemos comprar las entradas por Internet.

Reserva en restaurantes: Si eres un foodie consumado, aprovechas tus vacaciones para conocer tal o cual restaurante del que te han hablado mucho. Mejor es reservar con tiempo, pues, de otro modo, podrías llevarte una gran decepción.